miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los consejos de la luna

Ya siendo de noche las dudas llegan y se apoderan de mí, y entre su silencio me pregunto con suma cautela: ¿Por qué las cosas tienden a ser así?
Pienso en cómo escapar de este mundo tan vacío, absurdo y repetitivo, por tal motivo, cuando el cielo da paso a la noche y veo cómo nace un resplandor en él, me acerco para escuchar los consejos de la luna. 
Son sus palabras las cuales me dan las respuestas a las preguntas que formulo mientras veo cómo el amanecer va llegando dando paso a un nuevo día. 
Son los consejos de la luna que me dan alas a seguir buscando un sueño perdido. En un mundo en donde nada parece estar a mi favor. En donde las apariencias de las personas toman un rol importante, pero nada significativo. En donde todos quieren llamar la atención sin tomarse la molestia de mostrar la realidad de su interior. 
Son los consejos de la luna que me muestran un camino no explorado, con nuevas cosas por descubrir y muchas almas por conocer, nuevas experiencias por vivir e increíbles deseos que anhelo cumplir. 
Son los consejos de la luna que me ayudan ver la vida de distinta manera, a navegar en mi pasado para ver las sonrisas que he logrado dibujar, así como también las lágrimas que con amor sincero he llegado a borrar. Hacen que me de cuenta de que errar es algo natural, que no soy alguien perfecto, por eso sus consejos hacen que piense antes de actuar. 
Son los consejos de la luna que me enseñan a creer en las oportunidades que la vida me da, y que siempre es bueno arriesgarse, sin esperar cual sea el final. Luna, gracias a tus consejos, sé que eres tú quien me aleja de las pesadillas, me das ese toque de esperanza para creer en la ilusión de una noche al azar. 
Son tus consejos Luna, por eso yo te espero a que salgas entre el día y la noche, porque tú me has hecho ver de que puedo estar fuera del promedio, escuchando tus consejos que sirven de reflejo, explicándome de que la vida no es fácil, pero una sonrisa hace la diferencia. De que día a día la vida te pone pruebas, pero que todas son posibles de pasar. Sin embargo, el dolor de almas enemigas me asechan sin poder ponerle el freno a sus mentiras y engaños, pero me enseñas a no guardar rencor, porque el ser humano suele cometen errores y no se da cuenta de lo que sus actos pueden llegar a causar, pero el tiempo como aliado hace que el dolor se vea obligado a irse, para que la vida en mi corazón vuelva a resucitar.
Son gracias a tus consejos, Luna, que en el frío de la noche me dan ese aliento de deseo que cada día pego en mi pecho para poder andar con esa fuerza de voluntad que se estuvo perdiendo de a poco entre el sutil paso de los días. Tú me haces ver mis errores y mis triunfos, mis llantos y mis alegrías, mis fuerzas y mis debilidades, porque yo te escucho mientras duermo y pienso en cómo hacer para cada día mejorar, para ser una persona capaz de afrontar los dolores que en la vida uno tiene que sobrellevar. 
Son los consejos de la Luna que parecen extraídos de un libro desconocido, en donde están escritas cada página de mi vida, porque sabes y reconoces qué clase de persona soy y puedo ser, que vivo el amor de una manera increíble, que doy todo de mi por la persona a quien quiero. Sin embargo, aún tengo esta rosa en mis manos sin saber a quién le pertenece... Y aunque con el pasar de los años he madurado emocionalmente, me falta mucho por vivir, aún el amor sigue siendo algo extraño para mí.
Gracias a tus consejos Luna, hoy estoy mejor, porque tú me has visto sollozar en esas noches de angustia y de recuerdos, pero con tu magia deshojaste los dolores de la vida y me diste la fuerza para seguir adelante, iluminándome con tu brillo y abriéndome paso a un nuevo camino.



martes, 13 de diciembre de 2011

Un nuevo día

Empieza un día más, la mañana nace sin miedo, transcurre como siempre, sin noticias de algún cambio. Pero nada me parece importar, solo tengo ganas de huir de esta realidad que no me pertenece.
Me encuentro desorientado, pensamientos del ayer deambulan sin sentido en mi mente, y el silencio me hiere, de manera constante, mientras respiro una soledad que no conocía.
Hace frío, mi piel está temblando, empiezo a delirar, recuerdos vienen, recuerdos van, y siento un despojo de sentimientos. No diré nada.
Me quedo quieto y me callo, recreo momentos en los cuales no sentía toda esta tempestad de autor anónimo y de origen sumamente desconocido.
Mi mirada quema, aleja a las almas con malas intenciones. Golpea, repetidamente golpea y desaparecen los fantasmas del pasado.
Sonrío sin motivo, sé que es un buen indicio. Respiro con calma y retomo con fuerza los anhelos que en algún momento perdí.
Veo mi reflejo a través de la ventana, el sol va saliendo, sin tregua, y con sus rayos tiñe cada espacio del alma.
Se alejan… Las angustias y las adversidades se alejan… Veo con más claridad, mi cielo se ha despejado, ahora podré volar sin temores.
Siento una paz en mi interior, pero afuera todo sigue del mismo modo. Con paciencia, con paciencia habrá un equilibrio.
Engaños, esquivo engaños pero logran hacerme daño, me hieren, me rozan con su daga de mentiras, agonizo y sangro decepciones.
Otra vez la vida juega con mi destino, me encuentro perdido en los suburbios de lo desconocido. Sálvame, ampárame.
Está oscuro el día, se enfureció y contamino mi cielo, me siento atrapado y sin salida, grito pero nadie parece escucharme.
Oigo un canto, me complace por momentos, y siento que cada vez es más fuerte, solo me queda esperar y ser paciente.
Ya logro ver el camino, no todo está perdido. Dentro de poco se irán mis miedos en la lluvia que la nube llora, sola, desconsolada.
Mis ojos están cansados, mi alma reposa sin consuelo. Iré a soñar para mañana volver a despertar a la luz de un nuevo día.